martes, 2 de diciembre de 2008

QUE NO LLOREN LOS NIÑOS

Cuando veo a un niño llorar, mi corazón
se siente herido y recuerdo con dolor, cuando
yo también lloraba, sin comprender el por qué
ni la razón, ni el motivo.
En un mar de dudas, mi alma navegaba,
pues mi tierno corazón no entendía todavía
de quién era la razón, entre tanto egoismo y
falta de conocimiento, humildad y razón.
No me gusta que lloren los niños, pues casi
siempre, es la causa de sus llantos y temores
la poca formación, y falta de tolerancia y razón,
de los mayores, cuántas veces nuestra
poco adecuada forma de actuar puede herir
la sensibilidad de un niño para siempre.

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